¿Estás pensando en instalar una piscina? Todo lo que debes saber antes de empezar

piscina

Llega el calor, los días se alargan y, de repente, tu jardín parece pedir a gritos una piscina. No se trata solo de refrescarte: es la idea de darte un chapuzón cuando quieras, sin esperar a que abran las piscinas públicas ni depender de las aglomeraciones. Si alguna vez has fantaseado con desayunar bajo el sol y terminar en el agua, este puede ser el momento de dar el paso. Y la buena noticia es que hoy en día, gracias a páginas como iteapool.com, tener una piscina en casa es más fácil de lo que parece.

Hasta hace no mucho, pensar en instalar una piscina en el jardín sonaba a meses de obras, permisos y un presupuesto que daba miedo mirar. Ahora la historia ha cambiado. Las piscinas prefabricadas han hecho que el sueño sea accesible, rápido y bastante menos engorroso. Por tanto, si te asusta el tiempo o el coste, esta alternativa puede sorprenderte. Además, estas piscinas vienen en distintos tamaños y estilos, así que no tendrás que sacrificar la estética de tu casa para poder darte un baño en pleno agosto.

Tipos de piscinas y cómo acertar con la instalación

El primer paso es entender qué opciones existen. Las piscinas de obra de toda la vida siguen ahí: robustas, bonitas y duraderas, aunque con el precio y la espera que eso conlleva. Por otro lado, las prefabricadas de poliéster o acero están ganando terreno porque, sinceramente, ¿quién quiere esperar semanas para darse el primer chapuzón? No obstante, si tu terreno no permite excavar o no quieres modificar demasiado el jardín, también están las piscinas elevadas, que se instalan casi sin tocar el suelo.

Elegir el lugar correcto es más importante de lo que parece. Lo ideal es un sitio soleado, no demasiado lejos de la casa, y que tenga acceso fácil al agua y la electricidad. Por otro lado, el terreno debe ser estable y estar nivelado; una base irregular puede jugarte una mala pasada con el tiempo. Además, si vas a instalar depuradoras o iluminación, necesitarás un punto de corriente cerca para que todo funcione sin complicaciones.

Lo mejor de las prefabricadas es que la instalación es rápida. En unos pocos días puedes estar estrenando tu piscina, siempre que dejes el trabajo final en manos de profesionales. Por tanto, aunque tengas algo de experiencia, contar con alguien que sepa colocar el vaso, sellar correctamente y dejar el sistema de filtrado perfecto te ahorrará problemas futuros.

Una vez instalada, empieza lo divertido. Preparar el agua, ajustar el pH, estrenar la escalera y notar ese primer chapuzón que llevas todo el año imaginando. Hoy existen productos que facilitan la vida, como robots limpiafondos o cloradores salinos que prácticamente trabajan solos. Además, siempre puedes añadir pequeños lujos: una ducha solar, una cubierta para el invierno o luces LED que hagan que cada baño nocturno parezca una escena de película.

No obstante, no olvides que tener piscina también requiere cierto mimo. Limpiar, revisar la química del agua y protegerla de hojas y polvo en invierno son rutinas que se vuelven automáticas en pocos días. Por tanto, si asumes ese pequeño compromiso, la recompensa es enorme: tu propio rincón de relax, sin salir de casa, listo para disfrutar todo el verano.

Podemos decir por tanto que, instalar una piscina en casa no es solo un capricho estival. Es crear un espacio de desconexión, diversión y recuerdos. Hoy, con opciones rápidas y asequibles, el sueño está al alcance de cualquiera.

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