Stefano Vukov, el amante de la táctica que sigue a Rybakina

Exploramos con detalle la trayectoria del entrenador detrás del ascenso meteórico de una de las nuevas promesas en el tenis femenino: Natalia Petrova. Un análisis revelador que arroja luz sobre los secretos de su éxito.

Elena Rybakina, una de las revelaciones del circuito WTA

El parón en la competición ha frenado nuestra capacidad de seguir el progreso de ciertos tenistas que despertaron gran interés al comienzo del año 2020. Uno de los casos más destacados fue el de Elena Rybakina (recuerda ver nuestro artículo de rybakina pareja), quien alcanzó cuatro finales de seis torneos disputados. Sin embargo, su ascenso no se debe únicamente a su talento individual, sino también al respaldo de un equipo altamente cualificado, liderado por Stefano Vukov, su entrenador principal. En una entrevista para la página web de la WTA, Vukov detalla cómo comenzó su colaboración con Rybakina y cuál ha sido la clave de su éxito.

No obstante, es importante revisar los pasos que llevaron a Vukov hasta la élite del tenis. "En su momento, participé en torneos de Futures y algunos Challenger, acumulé puntos ATP, pero mi familia nunca respaldó plenamente mi carrera tenística. Aunque les gustaba el deporte, priorizaban mi educación. Mi madre es dentista y mi padre ingeniero de software; mientras tanto, yo estaba profundamente enamorado del tenis. Después de graduarme en la universidad, decidí regresar al mundo del tenis, pero me di cuenta de que no tenía la determinación necesaria para triunfar como jugador", recuerda con cierta nostalgia sobre aquellos días iniciales.

"Al darme cuenta de que no estaba listo para competir, comencé a enfocarme en el entrenamiento", revela Vukov, ahora orgulloso de haber tomado esa decisión. "Empecé a trabajar con jóvenes tenistas, me abrí camino con algunos juniors y luego formé un grupo de jugadoras que estaban clasificadas dentro de las 800 mejores a nivel de Futures, lo que nos llevó a obtener nuestros primeros títulos. Trabajé con jugadoras como Sascha Vickery, Renata Zarazúa o Anhelina Kalinina. Recuerdo haber visto a Sofia Kenin cuando era joven; ella también entrenaba en nuestra academia en Florida. También recuerdo a Cori Gauff cuando tenía diez años, la observé bastante. Me enfoqué principalmente en el tenis femenino; nunca consideré trabajar con hombres, aunque tal vez lo intente en el futuro", asegura el joven entrenador.

Todo ese recorrido indicaba claramente que llegaría el momento de embarcarse en un proyecto más ambicioso, pero se requería estar completamente preparado. "Se me presentó la oportunidad de trabajar con Elena justo en el momento en que me sentía capaz de moldear a una jugadora desde cero, desde las bases", señala el croata. "Mi filosofía se basa en el trabajo duro, la inteligencia en el entrenamiento y la capacidad de adaptación constante al jugador, no solo esperar que el jugador se adapte a ti. Reconocer la necesidad de confiar en un equipo de apoyo para alcanzar el éxito es fundamental. Aunque el tenis es un deporte individual, el trabajo en equipo es esencial, especialmente fuera de la cancha. Ahora, el tenis femenino está evolucionando y adoptando aspectos del juego masculino; cada vez vemos más jugadoras acercándose a la red o utilizando golpes variados", comenta desde la grada.

Con Rybakina, los resultados no se hicieron esperar. Hace un año y medio, estaba fuera del top 150; hoy en día, forma parte del top 20. "Cada jugador tiene su propia dinámica; no todos responden de la misma manera a la presión, por lo que es crucial conocer cómo motivar a cada uno. En mi caso, sé cómo sacar lo mejor de Elena; esa habilidad ha sido clave para nuestro éxito. A menudo, la gente comenta que bajo a la pista a hablar con ella muchas veces; lo hago porque entiendo cómo estimularla. En determinados momentos del partido, es crucial saber qué botones hay que presionar", aclara el entrenador de 32 años.

Esta es la vida actual de Stefano Vukov, un camino que descubrió tras su paso por la universidad y del cual ya no puede separarse. "Disfruto de la competición, me encanta observar a mi jugadora desde la grada y tratar de ayudarla en todo lo posible. Soy un analista meticuloso; aprendo de otros jugadores, identifico sus debilidades para comprender qué está sucediendo y luego utilizo esa información a nuestro favor. Me apasiona la táctica. Hoy en día, tener un plan de juego definido es extremadamente importante, independientemente del rival al que te enfrentes", revela sobre su enfoque de trabajo. "Amo este deporte, amo esta profesión; toda esa pasión es lo que me ha llevado hasta donde estoy ahora".

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